Y para hacerlo aún más curioso, su amor al cine mudo fue tal, que aunque el cine sonoro se inventó en 1927, el se empeño en seguir haciendo películas mudas hasta 1936 (usaba la banda sonora para los efectos de sonido y la música) y se negó (con éxito) a que Charlot pronunciara una sola palaba en sus películas.
Luces de la Ciudad es una de sus películas mudas más maduras (de hecho, esta rodada en 1931, con el cine sonoro ya en pleno apogeo) y me he decidido a hablar de ella, porque el verla me ha recuperado, aunque solo sea un poquito, la inocencia.
Como casi todas las peliculas de Chaplin, hay dos factores fundamentales en Luces de la Ciudad, la risa y la ternura. Como no podía ser de otra manera, se trata de una comedia, pero en este caso, una comedía romántica que habla del enamoramiento que un mendigo sufre por una vendedora de flores ciega.

Si hay una palabra que define adecuadamente esta película es: "Inocencia". Esta claro que se trata de una comedia muy blanca, pero la verdad es que consigue emocionar desde su simpleza. La historia no deja de ser un poco tópica, pero esta hecha con una delicadeza, una ternura y una dulzura que realmente pone la carne de gallina. De hecho, creo que el final de esta película es de los más enternecedores y bonitos que un servidor ha tenido el privilegio de ver en su vida. Y encima con una mirada final, que realmente, me parece impagable.
Entre medias, algunos momentos cómicos que se han quedado un poquito anticuados y naif justo con otros que aún hoy son desternillantes, como el mitico combate de boxeo que os pongo aquí abajo. En todo caso, será dificil que os desaparezca la sonrisa de la cara mientras la veis.
Creo que de vez en cuando hay que volver a los clásicos y Luces de la Ciudad es una buena oportunidad de reconciliarse con el cine y con el genero humano en particular. Una oportunidad de recuperar a un genio que, como en casi todas sus peliculas, dirige, escribe, compone y protagoniza. Ahi es nada.
Eso si, cuando la veais, no olvideis dejaros todos vuestros prejuicios atras y mirarla con los ojos puros e inocentes de un niño. Si lo haceis, conseguireis disfrutar de una pelicula divertida y emocionante. Una maravilla, vaya.
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City Lights (1.931)
Guión y Dirección: Charles Chaplin
Fotografía: Gordon Pollock
Música: Charles Chaplin
Interpretes: Charles Chaplin, Virginia Cherrill, Harry Myers, Hank Mann