sábado, 17 de abril de 2010

Malditos Bastardos

Es curioso como Quentin Tarantino ha sabido reinventarse a tiempo. Atrás quedó ese fulgurante inicio de carrera con Reservoir Dogs y Pulp Fiction. Con estas dos películas creó un genero propio e intransferible e incluso invento un estilo, el tarantiniano que más tarde ha servido para catalogar a otros. El asunto es que ese modelo mostró síntomas claros de agotamiento con Jackie Brown, que empezaba a sonar a "más de lo mismo".
Afortunadamente y tras un periodo en blanco (seis años), Tarantino volvió dispuesto a reinventarse. Y esa reinvención la ha conseguido, no cambiando su estilo ni sus obsesiones, a las cuales se mantiene fiel, si no, simplemente, aplicándolo a películas de género. Parece que Tatantino se ha embarcado en los últimos años en un ejercicio de palimpsesto, de re-escritura de los distintos géneros al estilo tarantiniano. Si en Kill Bill revisitó el cine de acción y artes marciales y en Death Proof el cine de psicopatas de los 70, en Malditos Bastardos decide mostrarnos como es una película bélica "made in Tarantino".
En todo caso, la referencia aquí no es la película bélica típica, si no, más específicamente las películas de patrullas que proliferaron en los años 60 y que tiene como máximos exponentes filmes como "Doce del patibulo" o "Los cañones de Navarone". En todas ellas, un grupo de renegados se hacen cargo de una misión suicida e imposible. Pues en este caso, Tarantino diseña la madre de todas las misiones: Matar a Hitler.
La película, como todas las de su director, gira en torno a sus diálogos. En este caso, este modelo es llevado al límite organizando la narración en cinco episodios (que podrían funcionar cada uno como cortometraje independiente) cuyo núcleo central es una conversación. Cada uno de esos episodios es un alarde técnico absoluto. En esta película, como en ninguna otra antes, Tarantino se nos muestra como un experto manipulador de los tempos en pos de la generación de la intriga. Mención especial tiene la primera escena de la película, probablemente la mejor de ella, que podría haber estado filmada por el mismísimo Hitchcock.



Y es en esta primera escena donde se da a conocer el personaje del Coronel Hans Landa, mágnificamente interpretado por Christoph Waltz y que es sin duda alguna el gran hallazgo de la película y quintaesencia del personaje tarantiniano.
En la crítica de su opera prima, Reservoir Dogs, Jose Luis Guarner catalogaba a Quentin Tarantino como el Samuel Beckett del arte pop y es porque los personajes de sus películas tan solo giran en torno a situaciones puntuales y específicas que se alargan y tensan a través de unos diálogos que muchas veces son intrascendentes y alejados de la trama principal. No solemos tener información de los antecedentes y en muchos casos, tampoco sabemos que será de ellos. Con esa definición, es encomiable la construcción de Waltz que a pesar de contar con pocos elementos es capaz de construir un personaje magnético y embriagador, divertido y despiadado. En definitiva, el corazón de la película.



Y como decía, en esa revisitación genérica, Tarantino no se queda ahí e incluso se pueden intuir resonancias del mejor Spaghetti Western setentero tanto en los arquetipos usados en algunos personajes como en el ejercicio estilístico. En definitiva una amalgama que conforma un juego de espejos formal y en el que se revisa de manera crítica toda una forma de hacer cine, pero, eso si, desde el sentido del humor y el no tomarse a si mismo en serio en ningún momento. Algo que se agradece cuando arrecia el cine sesudo y críptico y que se aprecia en escenas tan maravillosas como el juego en la taberna o el impagable rato en el que Brad Pitt intenta con todas sus fuerzas hablar italiano. Esperaremos impacientes cual es la próxima apuesta de Tarantino.

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Inglorious Basterds (2.009)
Guión y Dirección: Quentin Tarantino
Fotografía: Robert Richardson
Montaje: Sally Menke
Diseño de producción: David Wasco
Interpretes: Brad Pitt, Shosanna Dreyfus, Cristoph Waltz, Eli Roth

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Buena crítica Antonio. A mi me encantó la película.
Un besote!
Pichu

Morsa dijo...

Palimpsesto.

He tenido que mirarlo en wikipedia. Qué palabra tan bonita, tío.

Muy de acuerdo contigo, sí, en todo. :)