lunes, 31 de enero de 2011

José Luis Guerín (En Construcción y En la ciudad de Sylvia)

José Luis Guerín es una rara avis del cine español. Prueba de ello es que en sus 25 años de carrera apenas ha sido capaz de completar 7 largometrajes. Como ya conté hace tiempo por aquí, a raíz de su película "Tren de Sombras" todos sus largometrajes se mueven en el escurridizo terreno del cine más experimental. Guerín es un cineasta obsesionado con el acto de observar. Y como buen observador, el territorio en el que mejor se siente es esa fina linea que separa el documental de la ficción. Tras descubrirle en Tren de Sombras me dispuse a seguir indagando en su propuesta y hoy comento por aquí sus dos siguientes proyectos, En Construcción (2001) y En la Ciudad de Sylvia (2007).

Es muy probable que En Construcción sea la película más convencional de Guerín, entendiendo como convencional su acepción de "más apegado a los cánones". Se trata de un muy hermoso documental que nos muestra la realidad diaría de unos cuantos vecinos del Barrio Chino de Barcelona, donde no todo es turismo, oropel ni garitos de moda. Guerín se adentra en el barrio y en su gente y nos arroja el retrato del lado más marginal de Barcelona.
Construida alrededor de las obras de construcción de un edificio en el barrio (de ahí el título de la pélicula) la cámara sigue el día a día de personas tan marginales como una pareja de drogadictos o un vagabundo que acumula objetos encontrados en la basura. Hay dos cosas que llaman poderosamente la atención en la película. Por un lado, su punto de vista. En Construcción no es una película sobre la marginación o la marginalidad, todo lo contrario. Si hay algo maravilloso en esta película es el inmenso cariño con el que estan rodados cada uno de sus protagonistas y la inmensa dignidad que destilan ellos ante la cámara. Por otro esta su estilo. Como es costumbre en Guerín la película se aleja de efectismos y trucajes. El director se limita a mirar y a escuchar. Eso provoca momentos de absoluta verdad ante nuestros ojos. La frescura y espontaneidad de sus imagenes son un fogonazo a la mente. Son memorables los momentos en que se descubre un yacimiento arqueológico en la obra, o las historias del marino vagabundo. En definitiva, un ejercicio de sencillez y crudo realismo que acerca esta película al cine del portugués Pedro Costa.



Con En la ciudad de Sylvia, Guerín vuelve a parte de las obsesiones que ya trató en "Tren de Sombras". En la ciudad de Sylvia se reflexiona sobre la memoria y en como esta se transforma con el paso del tiempo.
La trama de la película se basa en una anecdota mínima. El protagonista conoció a una chica que luego no volvió a ver. Al cabo de cuatro años, vuelve a la ciudad donde se conocieron para buscarla. A partir de esa premisa, Guerín vuelve a construir un ensayo sobre la observación de la realidad y sobre como nuestra memoria juega una parte vital en esa observación. El protagonista pasea por las calles, se sienta en los cafés y sobre todo observa, observa los rostros y vamos descubriendo junto con él como la mente ha desfigurado ese recuerdo hasta el punto de que, todos los rostros son Sylvia. Todos y ninguno. Y es que, es la propia subjetividad del protagonista es la que decide cual es el recuerdo bueno. Las observa, las mira, las dibuja e incluso las persigue. Todo en pos de un recuerdo que ni siquiera tenemos claro cuanto de real tiene. Un hermoso retrato de una obsesión en la que, en este caso, el obseso no es un loco, sino, simplemente, un romántico idealista.
Para poder comprender y sacar todo su jugo a la propuesta es muy recomendable el visionado de una película/video-instalación que el director preparó en paralelo con la película, titulada "Unas fotos en la ciudad de Sylvia". Este segundo largometraje de poco más de una hora está construido con las fotografías que el propio Guerín hizo preparando la película. Esas fotos combinadas con algunos intertitulos nos ayudan a profundizar y adentrarnos en los significados y metaforas de la película y nos demuestra que En la ciudad de Sylvia no es más que un enorme alegato al romanticismo y al amor eterno, como el amor que demuestra el director al retratar a Pilar López de Ayala y al restro de rostros que pasan por la cámara y por los ojos del protagonista.


Esta claro que no nos encontramos ante un director convencional, si no ante uno de esos artistas cuya propuesta probablemente trascienda de las fronteras del cine como lo entendemos. No hay otro en nuestro cine capaz de construir imagenes tan sugerentes y tan hermosas. Y es único a la hora de intruducir reflexiones y preguntas sobre grandes temas que rodean al cine desde su invención con una sencillez y ausencia de berborrea admirable.
Un director ineludible para aquellos que quieran profundizar un poco más en que es el cine.
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En Construcción (2.001)
Guión y Dirección: José Luis Guerín
Fotografía: Alex Gaultier
Montaje: Mercedes Álvarez y Núria Esquerra
Intervienen: Juana Rodríguez Molina, Iván Guzmán Jiménez, Juan López López, Juan Manuel López

En la ciudad de Sylvia (2.007)
Guión y Dirección: José Luis Guerín
Fotografía: Natasha Braier
Montaje: Núria Esquerra
Dirección artística: Maite Sánchez
Interpretes: Pilar López de Ayala y Xavier Lafitte

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