lunes, 6 de enero de 2014

El cine en primera persona

Como escribía Jonas Trueba a propósito del estreno de Mapa en salas, parece que a la última hornada de cineastas españoles les ha tocado renunciar al cine soñado para conformarse con el que les ha tocado vivir. Y es que, debido a la paupérrima situación económica y cultural tanto de la industria cinematográfica como de la sociedad patria en general, se está incubando una generación de jóvenes desconcertados. Y es, probablemente, de ese desconcierto de donde surgen “Mapa” y “Todas las canciones hablan de mi” y es, quizás también, por ello que ambas son películas sobre el desengaño, sobre el desengaño tanto vital como amoroso. Donde antes las películas se centraban en el proceso de enamoramiento, ahora estos films se centran en el proceso de la ruptura.  


Y es que es muy fácil encontrar paralelismos entre el desengaño amoroso de ambos protagonistas con el desengaño “artístico” de sendos directores. Pero es curioso, porque, aunque esa frustración impregne de un tono nostálgico y melancólico sus escenas, al mismo tiempo, parece que de la limitación se ha hecho virtud. Parece que ante la imposibilidad de hacer cine y la imposibilidad de dejar de hacerlo, los cineastas de nuestro tiempo han decidido mirarse a sí mismos. Mapa y Todas las canciones hablan de mí son un síntoma. Un síntoma de un cine del yo en el que la autoficción es la única ficción posible y la única respuesta a la pregunta: ¿Qué puedes contar cuándo no puedes contar nada? Y en esa tesitura, de repente los referentes cambian, y aparece Goddard, pero también Mekas o Marker.


Y es curioso ver como en ambas películas sus protagonistas, que pasan gran parte del metraje intentando realizar una especie de exorcismo del olvido para reemplazar a la amada perdida, acaban claudicando ante la imposibilidad de olvidar. Y es fácil entender que de igual manera y al mismo tiempo, sus directores claudican ante la imposibilidad de dejar de filmar, de dejar de filmarse. Y en ese proceso de introspección están inmersos buena parte de los nuevos cineastas españoles, de Oliver Laxe a Andrés Duque y en el que parece que tanto Siminiani como Trueba se han erigido en líderes espirituales (o al menos mediáticos).
Mientras Todas las canciones hablan de mí aún mantiene la ilusión del relato, Mapa claudica asumiendo la derrota y podemos entender ambas cintas como dos fases de un mismo proceso, de una deriva en la que poco a poco las películas soñadas dan paso al sueño de hacer películas, y en el que las costuras del cine van quedando al descubierto, como cuando Ainhoa nos desvela el secreto de la “mise en scène” del cámara Siminiani en su paseo por el campo o como posteriormente el propio Jonas Trueba, que nos dejará visible todo el artificio de sus Ilusos.

Y es que cuando la ilusión se rompe y el amor desaparece, parece que lo que estas películas intentan decirnos es que la única salida es seguir filmando. El cine es eso que pasa mientras planeas tu próxima película.

-------------------------
Todas las canciones hablan de mi (2.010)
Dirección: Jonás Trueba
Guión: Daniel Gascón y Jonás Trueba
Fotografía: Santiago Racaj
Montaje: Marta Velasco
Interpretes: Oriol Vila, Bárbara Lennie, Ramón Fontseré, Ángela Cremonte


Mapa (2.012)
Guión y Dirección: León Siminiani
Montaje y fotografía: León Siminiani

No hay comentarios: