lunes, 4 de octubre de 2010

La Cinta Blanca

Hace ahora un año escribía por aquí a proposito de dos de las más recientes películas de Michael Haneke (El tiempo del lobo y Codigo desconocido). Al final comentaba que se esperaba con impaciencia la llegada a nuestras pantallas de su última obra y más aún después de su abrumador éxito en el Festival de Cannes de 2009. Ahora es el momento de juzgar si aquella espectación era merecida.
Lo primero que no se puede negar es que nos encontramos ante una película Haneke. Dura, seca, concisa y centrada, como toda su filmografía en explorar el lado oscuro del ser humano. Y como ha hecho otras veces, utiliza para ello a los seres que a priori están más alejados de ese lado siniestro, los niños. Sin embargo, de nuevo, nos demuestra que no hay nada más inquietante que una pandilla de jovenzuelos.



Si algo distingue a esta película de sus antecesoras es que nos encontramos a un Haneke mucho más austero, mucho más oscuro. Deja atrás sus muy habituales provocaciones y juegos formales para mostrarnos una película increiblemente rigurosa. Empezando por su impecable blanco y negro y una muy rigurosa planificación que dota a toda la película de una belleza serena.
Otro punto interesante es que, mientras habitualmente las películas del director miran hacia el presente y sus problemas, en La Cinta Blanca realiza un salto mortal hacia delante (o más bien hacia detrás) preguntandose en este caso sobre donde está el origen de la gran infamia del siglo XX (y probablemente de muchos de los problemas actuales). La película nos muestra la infancia de los niños que encumbraron con sus votos a Hitler. Nos muestra la sociedad estricta, represiva y reprimida que fue el caldo de cultivo de la Alemania nazi. Y como el propio protagonista dice en un pasaje de la película, solo conociendo esto, se puede explicar lo que luego sucedió.



La austeridad formal va acompañada también de una austeridad narrativa. La película se torna en casi abstracta. La trama es una anecdota que, como suele ser costumbre del director, ni siquiera se esfuerza en cerrar de una manera explicita. Haneke, amante del minimalismo aquí encuentra so máximo exponente.



Con todos estos componentes lo que tenemos como resultado es, probablemente la obra más rigurosa y intensa de Haneke. Frente a su cine provocador y directo, nos encontramos con una obra de atmosfera. Una atmosfera que es irrespirable y que transpira la violencia en sus poros, a pesar de que el director evite expresamente mostrarnos ni una sola muestra de ella y sea su obra explicitamente menos violenta. Se percibe más opresión en campo abierto rodeado de los niños que entre cuatro paredes.
En definitiva, una película desasosegante e incomoda. Tan incomodo como que alguien te obligue a ver la parte más oscura del ser humano.

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Das weisse band (2.009)
Guión y Dirección: Michael Haneke
Fotografía: Christian Berger
Montaje: Monika Willi
Dirección Artística: Anja Müller
Interpretes: Christian Friedel, Ernst Jacobi, Leonie Benesch, Ulrich Tukur

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